La biblioteca de Remedios Varo

Remedios Varo
y los libros

La obra de la artista española, refugiada en México, Remedios Varo, es ampliamente conocida, sus maravillosas pinturas, sus enigmáticas figuras, sus singulares temas y personajes. 

Pero, ¿qué sabemos de sus influencias literarias?

por Mercurio López Casillas

Los biógrafos de Remedios Varo señalan que de niña era una buena lectora, tan ávida que hasta leía los libros técnicos de su padre; sí bien entonces para la lectura son indispensables los libros, en una vida con cambios de residencia constantes, debió resultar muy difícil conservarlos; su personaje Vagabundo representa una especie de  autorretrato sicológico ideal, como viajera frecuente, donde no faltan los libros.

A causa del trabajo de su padre, Remedios Varo viajó por España y Marruecos, en 1917 se estableció en Madrid; a los 22 años, ya independiente de la familia se fue a Barcelona, luego a París, Marsella, Casablanca y finalmente a México. En la capital habitó en una vecindad en la calle Gabino Barreda; vivienda que abandonó, años después, a causa de las goteras y varios techos derrumbados, entonces vivió unos meses en la colonia Nueva Anzures para luego viajar a Venezuela; ahí permaneció la mayor parte de tiempo en las ciudades de Caracas y Maracay. Regresó a la ciudad de México en 1949, vivió en las colonias Roma y Cuautémoc en las calles de Tabasco, Río Ebro, Río Elba, Minatitlán y finalmente se estableció Álvaro Obregón número 72, departamento 2.

Todo este recuento de traslados nos lleva a preguntas como: ¿Con cuántos libros viajó?, ¿Además de artículos básicos cargó otra maleta repleta con libros?, ¿Se le estropearon muchos ejemplares en la vecindad?, ¿Cuando se fue a Venezuela encargó cajas con libros a sus amigas?, ¿Cuántos libros perdió, dejó y olvidó en cada mudanza? Preguntas sin respuesta pero que presentan un panorama de la difícil situación de una biblioteca prácticamente ambulante.

Remedios Varo murió a los 54 años y sus pertenencias, incluidos los libros, pasaron de su estudio a un cuarto azotea en la casa de su viudo Walter Gruen. Al principio de la década de 1990 el señor Gruen me contactó para comprarle un par de cajas con libros en francés y unos pocos de poesía, sin gran valor comercial, los adquirí, algunos incluían un sello de un gato, como marca de propiedad bibliográfica, tal vez todos o una parte eran de la pintora pero sólo conservé un par y los demás se vendieron en la librería Inframundo de la calle de Donceles. Walter Gruen donó su espléndida colección al Museo de Arte Moderno y murió en 2008; diez años después, la viuda de éste, con igual generosidad entregó al mismo museo todos los objetos que pertenecieron a la pintora, incluida la biblioteca.

Entre otras piezas recibieron alrededor de 300 libros, unos propiedad de Remedios Varo y otros de Walter Gruen. Entonces Marlene Lelo y Marisol Argüelles me invitaron a ver los libros para dar una charla; primero me proporcionaron una lista y luego los pude revisar en directo; los restaurados quedaron en la exposición y el resto en la bodega del museo y éstos fueron los que pude hojear; como estaban muy lastimados, la primera impresión que tuve fue que la pintora compraba libros usados en la Lagunilla y en alguna librería  de viejo de la avenida Hidalgo; después me di cuenta que mi primera impresión estaba equivocada, en realidad sólo eran libros con muchas lecturas, donde los más deteriorados fueron los más consultados y releídos por la pintora.

Del total del conjunto supongo que 200 libros pertenecieron a Remedios Varo; agrupé las fichas de la pequeña biblioteca de varias formas, por temas, autores, idiomas y años del pie de imprenta. Gracias a esa información sabemos que la década con más libros fue la de 1950, que los grandes temas fueron dos, el esoterismo y la literatura; dentro del grupo mayoritario destacan las novelas históricas, como los 6 tomos de la saga Los reyes malditos de Maurice Druon, las de viajes como los 4 tomos de La vida y aventuras de Nicolás Nicklebu de Charles Dickens, de fantasía como El Golem de Gustav Meyrink, de ciencia ficción con varios títulos de la Editorial Minotauro, de contemporáneos como El lobo estepario de Herman Hesse, y el autor preferido Aldous Huxley con 20 títulos, donde destacan los dos tomos de Los demonios de Loudun como los más leídos.

Una biblioteca es una herramienta extraordinaria para poder profundizar en la obra de un artista, por lo cual queda pendiente leer los 200 libros de Remedios Varo para localizar, con suerte, el párrafo que inspiró alguna obra. Por el momento aquí unos ejemplos de pinturas vinculadas con libros:

La pintura Icono con Monsier Gurdjeff de Louis Pauwels. El óleo con incrustaciones en concha nácar realizado al rededor de 1947 fue un encargo del señor Caraminola, uno de los fundadores de los grupos de Gurdjeff en América. Icono presenta una síntesis visual del pensamiento del místico ruso, donde cada elemento como los espirales, los árboles, los astros, la torre-nave, la escalera y el eneagrama tienen un simbolismo esotérico. El libro fue constantemente leído y Gurdjeff un autor indispensable para la pintora.

El óleo La dicha de las señoras con la novela del mismo título de Émile Zola. Realizado en 1956, sobre el cual la pintora comentó: “Criaturas caídas en la peor mecanización, todas las partes de su cuerpo son ya ruedecillas, etcétera, en la tienda venden las piezas que se deben adquirir para sustituir las usadas, criaturas de nuestra época, sin ideas propias, mecanizadas y próximas a pasar al estado de insectos, hormigas en particular”.

La obra Sastre para damas con la comedia del mismo nombre de Georges Feydeau. Sobre el óleo, de 1957, Varo escribió: “Esto es un el salón de un modista para señoras, un modelo es para viaje, muy práctico en forma de barco por detrás…, el modelo sentado es para ir a estos cocktail-party en donde no cabe un alfiler y no sabe uno ni dónde poner su vaso ni menos sentarse; el tejido es de una sustancia milagrosa que se endurece a voluntad y sirve de asiento; el modelo de la derecha es para viuda, es de un tejido efervescente, como el champagne,… La clienta que contempla los modelos se despliega en dos personas más porque no sabe cuál de los tres modelos elegir.”

El gouache Ascención al monte análogo con la novela iniciática inconclusa de igual título de René Daumal. Realizado en 1960, la pintora señaló: “Como veis, este personaje está remontando la corriente, solo, sobre un fragilísimo trocito de madera y sus propios vestidos que le sirven de vela. Es el esfuerzo de aquellos que tratan de subir a otro nivel espiritual”.

El óleo Descubrimiento de un geólogo mutante con El principito de Saint-Exupéry. Realizado en 1961, sobre el cual la artista comentó: “Es un paisaje devastado por la bomba atómica, un geólogo, mutante por las radiaciones, examina una gigantesca flor. El geólogo está cargando un instrumento-laboratorio muy interesante.”

La pintura Fenómeno con La maravillosa historia de Peter Schlemil, el hombre que perdió su sombra un relato de Albert Von Chamisso. El óleo, de 1962, sin duda remite a la historia que trata de un hombre pobre que vende su sombra al diablo.

La última obra completa Naturaleza muerta resucitando con el libro esotérico El desarrollo de la luz de Rodney Collin Smith, trabajada al óleo en 1963. El autor del libro fue discípulo de Ouspenky, en 1947 llegó a México, fundó la Librería Británica, la editorial Ediciones Sol, especializada en libros esotéricos, construyó un observatorio en su finca La Divina Providencia; fue conocido de la pintora y las teorías del escritor se muestran en la pintura.

Tanto la obra de Remedios Varo como su pequeña biblioteca son una invitación para adentrarnos en el maravilloso mundo de la fantasía, un buen ejemplo de la convivencia perfecta de dos expresiones artísticas, la pintura y la literatura.

Mercurio López Casillas

Antigua calle de Donceles en la Ciudad de México

Primavera de 2020

«Tanto la obra de Remedios Varo como su pequeña biblioteca son una invitación para adentrarnos en el maravilloso mundo de la fantasía, un buen ejemplo de la convivencia perfecta de dos expresiones artísticas, la pintura y la literatura»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *